viernes, enero 09, 2009

Masada: Una fortaleza inpugnable

La palabra Massada significa en hebreo fortaleza y hace honor a su nombre, ya que se encuentra en la cima de un peñón de roca aislado, en el extremo occidental del desierto de Judea, mirando hacia el mar Muerto. Los accesos naturales a la cima del acantilado son muy escarpados. El sitio fue identificado en 1842, pero las excavaciones intensivas no se llevaron a cabo hasta 1963-65. La única fuente escrita sobre el origen de la fortaleza es del historiador judío, pero con ciudadanía romana, Flavio Josefo. Herodes el Grande la construyó entre los años 37-31 a.C., equipándolo para su uso personal. Unos 75 años después de la muerte de Herodes, al inicio de la rebelión judía contra los romanos en el año 66 d.C., un grupo de judíos rebeldes dominó a la guarnición romana de Massada. Tras la caída y destrucción de Jerusalén (70 d.C.) muchas familias se trasladaron allí y hostigaron a los romanos, hasta que tres años después el gobernador romano Flavio Silva marchó contra la ciudad y la asedió. Dos mujeres supervivientes relataron a Flavio Josefo cómo la población, dirigida por Eleazar ben Yair, decidió incendiarla y morir antes de ser capturados, simbolizando para el pueblo judío su ansia de vivir en libertad en su propia tierra. En la imagen podeis ver la rampa de arena que el ejército romano construyó para poder acceder a la fortaleza.

En la actualidad, Masada es un importante sitio turístico, a la vez que posee un importante significado para el nacionalismo judío, como símbolo de su última resistencia como nación antes de la Diáspora. Desde el año 2001, Masada forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

2 comentarios:

Inma g dijo...

Immmmmmpresionante!!!!!
Que pasada.
La historia siempre me sorprende, civilizaciones y civilizaciones de peña buscandose la vida, defendiendo principios e intereses que aseguren la supervivencia.
Parece mentira que nos creamos muchas veces el centro del universo, cuando sólo somos un pequeño eslabón en la gran cadena de la vida..... He dicho.

Anónimo dijo...

Parece mentira que se crean ese mito nacionalista israelí! Los estudios antropológicos no arrojaron indicios de ningún suicidio colectivo y esa es la verdad científica.-