"Hay una línea muy fina que separa el pasárselo bien y el ser una mujer fácil. Lo sé. He puesto mi pie en esa línea alguna vez".
Esa fue una de las muchas frases memorables de Blanche Deveraux en la serie Las Chicas de Oro (1985-1992), toda una declaración de principios. Dueña de la casa de Miami Beach en la que convergían las vidas de tres viudas y una divorciada entradas en años, Blanche era una mujer que abrazó en su madurez la revolución sexual: liberada, despreocupada, independiente, nunca atada al qué dirán.
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